Le parole di Gimena per la morte del suo cognato Santi
Dopo cinque giorni dalla morte di Santi Vazquez, anche Gimena Accardi parla della morte di suo cognato. Queste sono le parole che ha rivolto a lui:
"Santi, mi amor. Qué especial sos. Tenerte todos estos años codo a codo, fue un regalo. Un privilegio, una enseñanza, fue hermoso. Mi amigo, hermano, cuñado, cómplice y compinche en todo. Amaba los miércoles que venías a dormir a casa. Amaba tus chistes, de las personas que más me hacían reír. Tan buen tipo, tan generoso, tan amoroso, sabio, tan sano y tan AGRADECIDO. Ver la relación que tenían con Nico, me daba tanta ternura, él vivía para vos y vos para él. Eran uno, espalda con espalda siempre. Nico, tu persona favorita en el mundo y vos la suya. No se cansaban de decirlo. Se dijeron todo, siempre. Así era la relación que tenían, pasional y de puro amor, no pasaba más de un día sin verse y ya se extrañaban. Sus almas tan iguales y brillantes. Nuestras charlas eternas de a 3, vos con tus cafés fríos, nuestros almuerzos siempre comiendo lo mismo y nuestros chats a toda hora eran una competencia a ver quién hacía reír más al otro. Sé que tu muerte no es vano, te prometo que no lo va a ser. Es enseñanza, es aprendizaje. Es amor. Vos eras amor. Este mundo de acá abajo es demasiado hostil para almas tan puras como la tuya. Cumpliste muchos sueños en vida y fuiste muy feliz, lo sé. Lo hablamos. Este año fue el mejor de tu vida, sé que eras muy feliz. Todo estaba acomodado, todo estaba bien. Tus primeras vacaciones con tus tres amigos desde el jardín de infantes, pendejos sabios, fuertes y sanos. Estaban tan felices que lo repetían una y otra vez. "Esto es el paraíso" dijiste. Me quedo con tus palabras de aquel sábado 10 inolvidable para todos. Fue hermosa tu bendición, y las palabras que nos dijiste me quedan grabadas a fuego en el corazón. Esa fue tu noche, tu despedida, rodeado de amor, de abrazos, charlas y besos. Así te despedimos sin saberlo. Estás acá, San. Lo sé. Te siento. El dolor es inmenso y devastador pero te vamos a honrar y nos vamos a parar de vuelta. Quedate tranquilo por tu "Ni", yo estoy acá para sostenerlo y levantarlo las veces que hagan falta. Y a tu familia también, claro. Acá voy a estar. Te lo prometo. Te amo eternamente. Disfrutá allá y seguí sonriendo".
"Santi, mi amor. Qué especial sos. Tenerte todos estos años codo a codo, fue un regalo. Un privilegio, una enseñanza, fue hermoso. Mi amigo, hermano, cuñado, cómplice y compinche en todo. Amaba los miércoles que venías a dormir a casa. Amaba tus chistes, de las personas que más me hacían reír. Tan buen tipo, tan generoso, tan amoroso, sabio, tan sano y tan AGRADECIDO. Ver la relación que tenían con Nico, me daba tanta ternura, él vivía para vos y vos para él. Eran uno, espalda con espalda siempre. Nico, tu persona favorita en el mundo y vos la suya. No se cansaban de decirlo. Se dijeron todo, siempre. Así era la relación que tenían, pasional y de puro amor, no pasaba más de un día sin verse y ya se extrañaban. Sus almas tan iguales y brillantes. Nuestras charlas eternas de a 3, vos con tus cafés fríos, nuestros almuerzos siempre comiendo lo mismo y nuestros chats a toda hora eran una competencia a ver quién hacía reír más al otro. Sé que tu muerte no es vano, te prometo que no lo va a ser. Es enseñanza, es aprendizaje. Es amor. Vos eras amor. Este mundo de acá abajo es demasiado hostil para almas tan puras como la tuya. Cumpliste muchos sueños en vida y fuiste muy feliz, lo sé. Lo hablamos. Este año fue el mejor de tu vida, sé que eras muy feliz. Todo estaba acomodado, todo estaba bien. Tus primeras vacaciones con tus tres amigos desde el jardín de infantes, pendejos sabios, fuertes y sanos. Estaban tan felices que lo repetían una y otra vez. "Esto es el paraíso" dijiste. Me quedo con tus palabras de aquel sábado 10 inolvidable para todos. Fue hermosa tu bendición, y las palabras que nos dijiste me quedan grabadas a fuego en el corazón. Esa fue tu noche, tu despedida, rodeado de amor, de abrazos, charlas y besos. Así te despedimos sin saberlo. Estás acá, San. Lo sé. Te siento. El dolor es inmenso y devastador pero te vamos a honrar y nos vamos a parar de vuelta. Quedate tranquilo por tu "Ni", yo estoy acá para sostenerlo y levantarlo las veces que hagan falta. Y a tu familia también, claro. Acá voy a estar. Te lo prometo. Te amo eternamente. Disfrutá allá y seguí sonriendo".
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